La piel es la barrera que impide el paso de los gérmenes a nuestro organismo,
y a la vez contribuye a la regulación de la temperatura corporal mediante la
producción de sudor por las glándulas sudoríparas. Otras glándulas, las
sebáceas, producen una materia grasa que impermeabiliza y lubrifica la piel.
Estos productos de secreción, en unión a los restos de descamación de la piel
y del polvo y suciedad exterior, llegan a pudrirse, produciendo un olor muy
desagradable y, además, son un campo favorable para el desarrollo de gérmenes y
aparición de enfermedades.
La ducha diaria con agua y jabón, especialmente en tiempo caluroso, o después
de efectuar trabajos duros o en ambientes sucios, elimina todas estas
secreciones. cabello debe lavarse con jabón o champú frecuentemente. Los peines, siempre de
uso personal, se mantendrán limpios mediante el uso de soluciones detergentes.
Si se han detectado parásitos (piojos...) será necesario el uso de lociones y
champús específico.Después de la ducha, la piel se secará perfectamente. Cada miembro de la familia debe tener su propia toalla.
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